EL ATEÍSMO
El ateísmo es el rechazo a la creencia en la existencia de uno o más dioses. En sentido estricto, es la postura en la que no existe ningún dios. Por extensión, es la ausencia de creencia en que exista algún dios. Se opone al ateísmo, que en su forma más general afirma la existencia de al menos una deidad.
El término ateo etimológicamente deriva del latín athĕus y este del griego ἄθεος, que significa ‘sin dios(es)’, y fue empleado de forma peyorativa para referirse a quienes rechazaban a los dioses adorados por su sociedad. Con el surgimiento y la difusión del libre pensamiento, el escepticismo científico y el subsecuente incremento de la crítica de la religión, disminuyó el alcance del término. Las primeras personas en identificarse a sí mismas con la palabra «ateo» vivieron en el siglo XVIII. Algunas religiones antiguas y modernas son denominadas ateas, ya que o no tienen el concepto de deidad o niegan la existencia de una deidad creadora, aunque aún veneran a otras entidades divinas.
Los argumentos a favor del ateísmo abarcan desde aspectos filosóficos a perspectivas sociales e históricas. Las razones para no creer en ninguna deidad sobrenatural incluyen la falta de evidencia empírica, el problema del mal, el argumento de las revelaciones inconsistentes, el rechazo a conceptos infalsificables y el argumento de la no creencia, entre otros. Si bien algunos ateos han adoptado filosofías seculares, no existe una ideología o un sistema moral único a la que todos los ateos adhieran. Muchos de ellos sostienen que el ateísmo es una cosmovisión más parsimoniosa que el ateísmo y que por tanto la carga de la prueba no recae en quien no cree en la existencia de dioses, sino que es el creyente quien debe justificar su ateísmo.
EL ATEÍSMO MATERIALISTA
afirma que existe sólo la materia; el principal exponente de este ateísmo es la doctrina marxista, que busca “la liberación del hombre a partir, principalmente, de su emancipación económica y social”.
EL ATEÍSMO EXISTENCIALISTA
El término hace referencia a la exclusión de cualquier creencia transcendental, metafísica o religiosa desde un pensamiento filosófico existencialista. El existencialismo ateo no puede nunca compartir elementos (p.ej.: la angustia o la rebelión a la luz de la finitud humana y las limitaciones) con el existencialismo religioso ni otros existencialismos metafísicos (p.ej.: con la Fenomenología y los trabajos de Heidegger).
El existencialismo ateo confronta la ansiedad por la muerte (Terror management theory) sin apelar a la esperanza de ser alguien salvado por Dios (ni otras salvaciones metafísicas como la reencarnación). Para algunos pensadores, el malestar existencial es sobre todo teórico (como lo es con Jean-Paul Sartre), mientras para otros filósofos se ven muy afectados por la angustia existencial (ejemplo de ello es Albert Camus y su discusión de lo absurdo).
Según Sartre la existencia precede a la esencia, lo que significa que, primeramente existe el ser humano (ej.: aparece en escena) y solo después se define a sí mismo.
Si el hombre, tal y como el existencialismo lo concibe, es indefinible, es porque al principio no es nada. Solo después será algo, y él mismo habrá hecho lo que será. No existe la naturaleza humana, ya que no hay un dios que la conciba. No solamente el hombre es lo que se concibe a sí mismo ser, si no que también es únicamente lo que quiere ser después de este impulso hacia la existencia.
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